Quizás la visión que tenga Jesús para su iglesia:

Personas hechas una comunidad. Una comunidad sin paredes, construida de gente de todo tipo, color, raza y cultura. Personas de verdad, con sangre y huesos, con pasados, quebrantados, imperfectos. Una comunidad donde las personas sin esperanza, sin recursos, sin amor puedan acudir y en vez de ser juzgados por sus imperfecciones, defectos y pecados, ser amados. Un lugar donde los que siempre hayan sido los últimos, los marginados, los rechazados sean servidos por los primeros. Donde los que hayan olvidado soñar, aprendan de nuevo a tener sueños. Un hogar donde los que hayan olvidado lo que es pertenecer o no hayan tenido padres y madres, aprendan de nuevo a ser parte de una familia.

Una comunidad de personas que estén aprendiendo a amar a Dios con toda su alma, su corazón y su fuerza. Una comunidad de personas comprometidas a amar a su prójimo más que a sí mismo. Un amor nada egoísta, desinteresado.

Una comunidad que tenga en cuenta a los pobres, y esté dispuesta a pasar necesidad para ayudar a otro. Que no sólo use sus diezmos y ofrendas para sus proyectos personales, edificios e instituciones, sino para la ayuda a los que pasen hambre, sed y no tengan donde dormir ni con que vestirse, los que no gocen de buena salud, sea SIDA o cáncer del pulmón, y los que se encuentren en la cárcel. Y que no sólo dé de su dinero sino también de sus hogares, de su tiempo y de su amor. Gente que entregue su vida a los pies de Cristo y diga, “aquí la tienes, haz con ella lo que quieras.”

Una comunidad de pecadores perdonados que no sean perfectos y aunque cometan errores, perdonen, hasta 70 veces 7. Personas que se nieguen a hablar mal de otro. Personas que luchen por la justicia y levanten al oprimido, siempre mostrando la otra mejilla. Una comunidad no conforme con la injusticia en su sociedad y dispuesta a luchar por la justicia, aunque pierda su reputación.

Una comunidad de personas que oren juntos. Que busquen a Dios, que anhelen su presencia aquí, en esta tierra. Que intenten vivir como Jesús vivió, imitándole en todo lo que hizo, siempre en contacto con los marginados- prostitutas, mendigos, homosexuales e inmigrantes, estudiando juntos su vida y lo demás de la Biblia. Personas llenas del Espíritu Santo, viviendo según él, en amor, alegría y paz, de paciencia, amabilidad y bondad, fidelidad, humildad y dominio propio. Dejando atrás la vieja persona con todos sus malos deseos, crucificada con Cristo. Personas que cada día sean más como Cristo, cada día vivan más en santidad, y siempre cubiertas con la gracia inmensa de Dios. Personas que entiendan que el hecho de que están ahí no ha sido por merito propio y que aman sólo porque Él les amó primero.

Una comunidad de personas comprometidas a mostrar ese amor de Jesús y todo lo que él dijo a un mundo roto. Siempre empezando con la persona a su lado, sea su amigo o enemigo, sea fácil o difícil.

Un grupo de personas que esté dispuesto a dejar que Dios haga todo esto en ellos. Y entonces estas personas, esta iglesia, brillará como el sol en medio de un mundo oscuro y frío y la gloria de Dios se mostrará a través de estos imperfectos, quebrantados pero completos, seres humanos, sus hijos, su iglesia.